“Si bien nos enfocamos en tener un servicio ágil, nuestro compromiso principal es cumplir con todos los estándares de calidad y seguridad para que la experiencia del cliente sea la mejor. Esto se logra gracias a la formación constante de nuestros equipos, una buena organización interna y la incorporación de tecnología moderna y dinámica. Así vamos mejorando día a día”, aseguró Daniel Rossano, Gerente General de Mostaza.
El local de Liniers es un punto clave para los vecinos del barrio, los hinchas en días de partido y los espectadores que asisten a recitales en el estadio, duplicando los pedidos en estas fechas clave. Entre los combos más elegidos, la familia de los clásicos Mega Cuartos son los más vendidos. Justamente por la alta demanda, la velocidad de atención cobra especial relevancia.
La cadena mide lo que denomina "tiempo de experiencia", un indicador que contempla todo el proceso desde que el cliente realiza el pedido (ya sea en caja o en las terminales de autoservicio) hasta que recibe su bandeja. Ese circuito, dividido en tres etapas —toma del pedido, cocina y entrega—, permite optimizar el servicio incluso en horas pico e identificar oportunidades de mejora en tiempo real.
Además, los locales con servicio AutoMostaza incorporan una tecnología, que a través de sensores mide cada tramo del recorrido del auto. “El sistema nos da datos precisos sobre dónde puede estar ocurriendo una demora: si se tarda en tomar el pedido, si la cocina necesita más tiempo, o si hay un cuello de botella en la entrega. Eso nos permite ajustar sobre la marcha”, explicó Rossano.
Estos resultados son fruto del trabajo que se viene realizando en Mostaza para fortalecer el funcionamiento de cada sucursal, desde la revisión diaria de los circuitos operativos hasta la implementación de herramientas que permiten tomar decisiones más rápido y con mejor información.