Boom de emprendedores comprando en el exterior (y un problema silencioso pero impostergable: el guardado)

En un contexto donde los emprendimientos crecen como alternativa económica y las plataformas de e-commerce abren puertas a productos importados, cada vez más personas compran mercadería en el exterior para revender en el país. Ya sea indumentaria, electrónica, cosmética o artículos del hogar, el fenómeno se multiplica, pero arrastra un problema del que poco se habla: ¿dónde se guarda toda esa mercadería antes de venderla?

Muchas veces, la respuesta es el propio hogar. Cajas que invaden el living, pasillos con bolsas apiladas, placares convertidos en depósitos. El emprendimiento empieza a crecer, pero el espacio personal se vuelve cada vez más chico. Y ahí surge una necesidad concreta: contar con un lugar seguro, flexible y accesible donde guardar stock, organizar los productos y hasta preparar pedidos.

Según datos de la Secretaría de Comercio, durante el primer cuatrimestre de 2025, se registraron más de 402.000 envíos vía courier con fines comerciales, alcanzando los US$ 59,8 millones, más del doble de lo importado durante todo 2024. El rubro más dinámico fue el de bienes de consumo y de capital, lo que evidencia el crecimiento de microemprendedores que compran productos para revender en ferias, redes sociales o marketplaces.

Además, abril marcó un récord mensual, con más de 141.000 envíos, entre los que se destacaron artículos de electrónica, insumos de trabajo y maquinarias pequeñas. Estas operaciones se vieron favorecidas por la ampliación del régimen de pequeños envíos, que permite importar hasta US$ 3.000 y 50 kilos por paquete, sin necesidad de CUIT ni domicilio fiscal electrónico, facilitando así la operatoria de emprendedores informales o en etapa inicial.

Los nuevos emprendedores necesitan crecer sin límites ni cajas en el living

Frente a esta realidad, los emprendedores tuvieron que salir a buscar depósitos medianos, en ubicaciones estratégicas, con contratos adaptables, seguridad 24/7 y acceso simple, pensados para quienes necesitan espacio extra sin asumir los costos de un alquiler comercial tradicional.

“Muchos de nuestros clientes comenzaron importando pequeñas cantidades de productos para revender desde sus casas. Pero cuando el volumen crece, el hogar ya no alcanza, y ahí es donde nuestros espacios modulares marcan la diferencia”, señalan desde Working Depot.

¿Cuánto sale alquilar un depósito pequeño por un mes?

La compañía ofrece espacios de almacenamiento desde lockers hasta unidades de varios metros cuadrados, con la posibilidad de contratar por semanas o meses. Los precios varían según la ubicación y el tamaño del espacio, pero actualmente parten desde los $25.000 mensuales para lockers pequeños y pueden llegar hasta $80.000 o más para unidades amplias tipo box, ideales para quienes manejan grandes volúmenes de mercadería.

“Pensamos Working Depot como un negocio 360 porque no ofrecemos solamente alquilar un depósito: brindamos un entorno seguro, limpio y diseñado para que el emprendedor pueda organizar su mercadería sin estrés y con libertad de acceso todos los días del año”, agregan desde Working Depot.

Detrás de cada emprendimiento exitoso hay también decisiones prácticas: cómo organizar el stock, preparar los envíos, cómo evitar pérdidas o deterioro por falta de espacio. En este nuevo mapa del comercio digital e informal, los depósitos flexibles se transforman en aliados silenciosos del crecimiento.

Los nuevos perfiles que demanda el retail y el supermercadismo

La transformación del retail no solo se mide en la incorporación de nuevas tecnologías o en el despliegue de estrategias omnicanal o de comercio unificado: se expresa, en buena medida, en los nuevos perfiles que las empresas buscan para sostener operaciones más ágiles, eficientes y centradas en el cliente. 

Boom de emprendedores comprando en el exterior (y un problema silencioso pero impostergable: el guardado)

En un contexto donde los emprendimientos crecen como alternativa económica y las plataformas de e-commerce abren puertas a productos importados, cada vez más personas compran mercadería en el exterior para revender en el país. Ya sea indumentaria, electrónica, cosmética o artículos del hogar, el fenómeno se multiplica, pero arrastra un problema del que poco se habla: ¿dónde se guarda toda esa mercadería antes de venderla?