Su modelo es directo: una inversión de unos US$ 80.000, contrato a 5 años, sin financiación pero con formato llave en mano y un recupero estimado en 18 meses. El canon de ingreso es de US$ 20.000, las regalías son del 3% y el canon de publicidad del 1%, que la empresa gestiona de forma centralizada para todos sus franquiciados.
La propuesta se apoya en cinco pilares: 30 años de experiencia gastronómica detrás de la marca, estándares estrictos en bromatología e higiene, capacitación continua, un sistema probado y un diferencial que los fanáticos del rubro valoran: hamburguesas hechas con carne fresca todos los días, sin medallones congelados.
Los números también son atractivos: cada local factura en promedio $ 600 millones anuales, emplea a 12 personas y puede funcionar bajo tres formatos (delivery, take away y restaurante), adaptándose a ciudades desde 50.000 habitantes y espacios de al menos 60 m2 en paseos gastronómicos, shoppings o zonas comerciales a cielo abierto.
En 2024, John’s Burgers sumó tres nuevas franquicias y su meta para lo que queda del 2025 es clara: crecer de manera sostenida en distintas provincias, siempre con socios activos que se involucren en la operación diaria. Así que si todo sale como planean, muy pronto el mapa gastronómico argentino tendrá más puntos rojos y blancos.
Ficha técnica de la GAF, aquí.
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