"Estamos convencidos de que simplificando tu manera de vestir, simplificas un montón de otros aspectos de tu vida cotidiana", cuentan desde un inicio los dueños de esta marca cordobesa que, desde su nacimiento entre fines de 2018 y principios de 2019, no para de crecer.
La historia de Custore comienza como muchas grandes ideas: con algo pequeño. "Empezamos en 2018 con 200 remeras, un rollo de tela blanca, gris y negra", recuerdan sus fundadores. Desde entonces, esas remeras básicas se convirtieron en el corazón de un concepto que ellos llaman "guardarropa inteligente". La propuesta es sencilla pero poderosa: prendas atemporales, de calidad, que combinan entre sí sin esfuerzo. "Sacas con los ojos cerrados las tres prendas, te las pones sin mirar y estás bien vestido para cualquier ocasión", aseguran.
Pero hoy su propuesta no se trata solo de remeras (aunque estas representan entre el 70% y el 75% de sus ventas, con entre 3.000 y 6.000 unidades vendidas por mes), sino de una oferta para el público masculino que incluye pantalones, boxers, medias y gorras. Además la marca cuenta con una cápsula de prensas para mujeres, y en camino se encuentra una para niños (todo diseñado para durar, para no pasar de moda, para simplificar).
De la pantalla al mundo real (pero con consciencia)
Lo que comenzó como un proyecto exclusivamente online pronto dio un gran salto. "Siempre las ventas nos corrieron, fuimos por detrás", admiten los dueños de Custore. Ese impulso los llevó a dar un paso arriesgado: abrir su primer local físico en plena pospandemia, en la calle 9 de Julio, en el corazón de la ciudad de Córdoba. "Abrimos un local exclusivo para vender remeras básicas, algo que parecía una locura, pero volvió a superar las expectativas", cuentan.
Hoy la marca cuenta con 10 locales (dos propios y ocho franquicias), desde donde ofrece a sus clientes calidad, simplicidad y un toque de consciencia, porque desde Custore resaltan que no solo venden ropa, también venden valores. "Sabemos que estamos en una actividad que es altamente contaminante, por eso nos obliga a ser lo más conscientes y responsables que podamos", explican. Y esto se traduce en acciones concretas: packaging compostable y reciclado, eliminación total del nylon, alianzas con marcas que promueven el reciclaje y la reforestación, y un modelo de negocio que fomenta el consumo responsable. "Buscamos que hagas un consumo que perdure, no que compres algo y lo dejes de usar en dos meses porque pasó de moda", afirman. Incluso en los detalles, como el diseño de sus remeras, evitan caer en tendencias pasajeras: "No nos alineamos con el corte oversize ni con el slim al cuerpo, es un corte clásico que encaja con todos los cuerpos y edades".
Valentina Duclo, Franco Festa, Pablo Custo y Daniel Claro, socios de Custore.
Un modelo de negocio que seduce
Custore no solo supo construir un modelo de negocio atractivo, sino que es hoy una gran oportunidad para quienes buscan invertir y hacer realidad el sueño de tener su propio local. La marca ofrece dos formatos de franquicia, locales a la calle e islas o góndolas en shoppings, con costos iniciales que van entre US$ 26.000 y US$ 30.000 (incluyendo fee de ingreso, mercadería y armado del local).
“Es un negocio fácil de gestionar, simple de montar y con un recupero de inversión rápido, entre 10 y 15 meses”, destacan desde Custore, subrayando que la ausencia de cambios de temporada y liquidaciones elimina costos ocultos y asegura una rentabilidad constante. (Un dato que habla por sí solo: una empleada del equipo de ventas, tras dos años y medio en la empresa, decidió dar el salto y adquirir su propia franquicia).
Pero lo que realmente distingue a Custore en el gran y competitivo mundo de las franquicias es su propuesta de valor. “Tenemos totalmente estudiado y comprobado que, en términos de inversión y tiempos de recupero, no existen alternativas en el rubro similares en el mercado”, afirman desde la marca.
Crecer en números, pero innovando en la forma de hacerlo
Con un objetivo de abrir 15 franquicias este año y planes de desembarcar en Buenos Aires "de manera agresiva" con al menos cuatro o cinco puntos de venta simultáneos, Custore está en un momento clave de expansión. Pero no se conforman con crecer en números: también quieren innovar en la forma de hacerlo. Actualmente, están desarrollando un modelo de franquicia mixto, que combina lo presencial con lo virtual, incluyendo probadores virtuales con pantallas táctiles que detectan medidas y permiten visualizar combinaciones de prendas. "Siempre vamos al contrario de lo convencional", afirman, destacando su decisión de eliminar maniquíes y reemplazarlos por televisores, o de exhibir el stock directamente en el packaging, optimizando el espacio y simplificando la gestión.
En cuanto a la producción, la marca cuenta con talleres propios y subcontratados, con capacidad para duplicar su volumen actual. "La capacidad productiva no es un problema", aseguran, mientras detallan un proceso que incluye múltiples etapas (corte, confección, estampa, terminación) y un estricto control de calidad. Todo pensado para que el franquiciado reciba las prendas listas para exhibir, sin complicaciones.
Y mientras planean también expandirse a Uruguay y Paraguay en el futuro, el mensaje de la marca sigue siendo el mismo: “Simple, a los Custore”. O, como dice la frase que se encuentra en los probadores de sus locales: "Preferible perder minutos en la góndola de los vinos que eligiendo qué ponerte. No llegues tarde al asado”.
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