Día Internacional libre de bolsas de plástico: la importancia de privilegiar materiales sostenibles

Cada 3 de julio se celebra el Día Internacional libre de bolsas de plástico, con un objetivo claro: reducir las bolsas de plástico de un solo uso y fomentar un consumo responsable. Tardan más de 500 años en descomponerse y se cree que cada persona gasta unas 230 bolsas de plástico al año, lo que representa más de 500 billones de bolsas de plástico en el mundo. PEFC Argentina promueve reducir el uso de bolsas plásticas de un solo uso y fomentar decisiones de consumo más responsables, destacando la importancia del packaging de origen sostenible como alternativa.

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En el día a día, las bolsas de plástico se han convertido en uno de los objetos más cotidianos y también uno de los más perjudiciales para el medio ambiente. En la farmacia, en el súper o almacén de barrio, las verdulerías, quioscos y casi cualquier comercio o negocio en el que se entrega mercadería en mano las bolsas de plástico suelen ser la opcion más habitual. Pero, en el marco del próximo Día Internacional Libre de Bolsas de Plástico, a celebrarse el 3 de julio, PEFC Argentina (Programa para el Reconocimiento de Certificación Forestal) hace un llamado a la acción para que podamos reconocer la diferencia, actuar en consecuencia y reconocer la fundamental importancia de la responsabilidad que tenemos como consumidores activos.

Al no ser reciclables, las bolsas quedan en el planeta generando daños a todos los seres vivos del planeta y a los ecosistemas y biomas en los cuales nos desarrollamos. Algunos países, como Francia e Italia ya han prohibido la producción de bolsas de plástico y han reducido notablemente su consumo. Otros países como Reino Unido, Portugal y Suecia han optado por aplicar impuestos sobre el uso de las bolsas, y en otros países como Finlandia o Alemania los establecimientos han establecido acuerdos voluntarios.

¿Por qué son tan dañinas las bolsas de plástico?

A los océanos llegan cerca de 12 millones de toneladas de plásticos cada año. Estos residuos suponen una grave amenaza para los océanos y las especies marinas. Uno de cada seis peces que se venden en las pescaderías contiene microplásticos en sus estómagos. El plástico ya ha entrado en la cadena trófica. El consumo mundial ha tomado nota de esto y se ha avanzado mucho en la reducción de las bolsas de plástico. De hecho, son numerosos los comercios que han suprimido las bolsas de plástico, sustituyéndolas por cartón o bolsas de tela que pueden volver a usarse, pero aún estamos muy lejos de eliminarlas totalmente.

Más allá de la bolsa: el impacto del packaging responsable

Así como se promueve la eliminación de las bolsas plásticas, PEFC Argentina invita a reflexionar sobre el envoltorio de cada producto. Elegir embalajes de papel, cartón o madera con certificación PEFC es una decisión que va más allá de una marca: es un compromiso con la gestión sostenible de los bosques, el respeto por los derechos laborales y la promoción de la economía circular.

"Cada vez más consumidores buscan saber el origen de los productos, cómo se fabricaron y su impacto ambiental y social. El packaging responsable, al igual que la elección de bolsas reutilizables, ofrece respuestas claras y confiables a estas preguntas", explica Florencia Chavat, directora ejecutiva de CERFOAR-PEFC Argentina. “La certificación PEFC garantiza que los materiales provienen de bosques gestionados de manera responsable, asegurando que la extracción de madera no compromete la biodiversidad ni el equilibrio del ecosistema. Además, asegura condiciones de trabajo justas y transparentes en toda la cadena de valor. Papel, cartón y madera certificados son materiales fácilmente reciclables y reutilizables, pilares fundamentales para un consumo más circular”.

En el Día Internacional Libre de Bolsas de Plástico, PEFC Argentina reitera la importancia de cada decisión de consumo. Optar por un producto con packaging certificado PEFC no solo cuida los bosques y apoya a las comunidades forestales, sino que también reduce significativamente la huella ambiental. Es una forma visible y verificable para las empresas de demostrar su compromiso con los bosques y la economía circular, mejorando su reputación e imagen de marca.

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