Asimismo, el 71% de los líderes argentinos trabaja en un esquema híbrido, el 3% presencial y el 26% remoto. Según el estudio, tanto compañías como directivos siguen siendo los responsables de definir el modelo de trabajo de los colaboradores (58%). En este sentido, los argentinos están muy alineados en comparación con el resto de América Latina, ya que un 20% tienen autonomía para definir su modelo frente al promedio de la región (18%).
Este esquema, sin dudas, se ha consolidado como una solución eficaz para fomentar la productividad y el bienestar de los empleados. Hoy en día, cada vez más directivos reconocen que esta flexibilidad no solo mejora la satisfacción laboral, sino que también promueve una cultura de colaboración entre equipos, independientemente de su ubicación.
“El liderazgo en la era híbrida requiere adaptarse a los cambios y abrazar la flexibilidad como un motor clave para el éxito. Hoy más que nunca, los líderes tienen la oportunidad de crear entornos que equilibren la productividad y el bienestar, impulsando la colaboración y el sentido de pertenencia en equipos distribuidos. Este enfoque no solo mejora la experiencia laboral, sino que también fomenta una cultura organizacional más inclusiva, colaborativa y orientada al logro de resultados sostenibles”, señala Rocío Robledo, directora de WeWork Argentina y Chile.