Una de sus primeras conclusiones fue que la marca y el equipo detrás deben inspirar confianza total. Kankay lo convenció por su producto, su estrategia de crecimiento y su posicionamiento en un mercado que busca materiales nobles y duraderos, factores determinantes para evitar inversiones impulsivas. En paralelo, subraya el rol del acompañamiento: “El apoyo del franquiciante hace una diferencia enorme, sobre todo cuando estás empezando y necesitás guía en el día a día”, afirma. Esa presencia activa fue clave durante la puesta a punto del local porteño.
El análisis financiero también jugó un papel central. Con datos reales de ventas de los locales propios de Kankay, proyectaron márgenes brutos, comportamiento del mix de productos y costos fijos de la zona para estimar la rentabilidad del negocio en Recoleta. La inversión inicial rondó los USD 20.000 y la facturación esperada se ubica cerca de los 20 millones de pesos mensuales una vez consolidada la operación. Para Bellucci, entender el punto de equilibrio y los tiempos de recuperación es imprescindible: “La rentabilidad no se adivina, se construye con números”.
La elección del local fue otro punto decisivo porque influye directamente en el retorno de la inversión. En su caso, Recoleta apareció como la combinación ideal entre flujo peatonal, visibilidad y un perfil de consumidor alineado con los productos de Kankay. La curaduría del espacio, la exhibición y la lectura del barrio se convirtieron en factores estratégicos para acelerar la curva de ventas durante los primeros meses. Identificar una ubicación que dialogue con el target, explica, puede marcar la diferencia entre un crecimiento lento o uno sostenido desde el inicio.
Con la experiencia ya en marcha, Bellucci destaca que el modelo de franquicias es ideal para quienes quieren emprender con una estructura acompañada, pero advierte que el compromiso personal es indispensable. “Nos hubiese encantado empezar antes, porque emprender te obliga a aprender rápido y a aprovechar cada oportunidad”, reflexiona. Su recomendación para futuros inversores es clara: estudiar, preguntar, analizar y luego animarse, entendiendo que en una franquicia el crecimiento es un trabajo conjunto entre el franquiciado y la marca.